El Cerro Santa Lucía es uno de los lugares más conocidos de Santiago ya que, aunque no es muy alto, se levanta unos 70 metros desde el suelo (aproximadamente 630 m.s.n.m.), ofrece una de las mejores vistas de 360 grados de la ciudad. Quién, viviendo o visitando Santiago, puede decir que no ha subido hasta su mirador o no ha paseado por sus recovecos disfrutando de un día de sol y tranquilidad en medio del bullicioso ajetreo del centro.
No obstante, y a pesar de ser uno de los puntos más visitados, pocos conocen la historia del Cerro Santa Lucía y el papel que éste ha jugado a lo largo de los años. Símbolo de la ciudad, el cerro ha formado parte de los acontecimientos más importantes de Santiago desde su nacimiento oficial e incluso desde mucho antes.
Cerro Huelén o Welén, el nombre original del cerro Santa Lucía
La primera controversia sobre el Cerro Santa Lucía, surge a la hora de establecer cuál fue su nombre original antes de ser rebautizado por los españoles.
Algunos investigadores señalan que los primeros pobladores de la región lo conocían como el cerro Huelén, palabra que en lengua mapudungún, significaría dolor o pena, con lo que se haría alusión a su imagen rocosa, árida y estéril que en tiempos remotos tenía el peñasco. La escritura del nombre usando la W es todavía más polémica, porque sus detractores señalan que se trata de una letra proveniente del alfabeto inglés, que ni siquiera existía en el castellano antiguo, argumento que no carece de sentido.
Por otro lado, hay quienes señalan que el término Huelén hace referencia más bien al nombre del cacique inca Huelén-Huala (o Huelen-Huara), bajo cuyos dominios se encontraba toda esa zona, incluido el cerro. Para estos estudiosos los antiguos pobladores no se referían al peñasco como “Cerro Huelén” sino como “Cerro de Huelén”, cosa que finalmente ocasionó la confusión. En cualquier caso no existen registros que determinen con seguridad si el cerro tuvo en la antigüedad un nombre propio y cuál fue.
El Cerro Santa Lucía durante el Imperio Incaico
Independientemente del nombre original, donde no parece haber discrepancia es en que fue entorno al hoy Cerro Santa Lucía donde se establecieron los primeros pobladores de la zona, en las márgenes del río Mapocho.
Más adelante, a finales del siglo XV, la expansión del Impero de los Incas, cuyo corazón se encontraba en el Cuzco (Perú), los llevó a conquistar los territorios del sur, llegando hasta lo que hoy es Santiago y sus alrededores. El Inca Huayna Cápac, puso a cargo del gobierno al cacique cuzqueño Vitacura, quien se estableció en los alrededores del cerro Huelén para iniciar el desarrollo de los nuevos territorios y organizar las expediciones hacia el sur. Ya desde ese momento el cerro tuvo un papel preponderante, principalmente por ser un lugar elevado en medio de un área llana.
Lamentablemente es poco el detalle que se conoce de este momento de la historia del Cerro Santa Lucía debido a que los incas carecían de escritura y son pocas las crónicas que detallan los procesos anteriores a la conquista española.
Historia del Cerro Santa Lucía a partir de la llegada de los españoles
Es a partir de la llegada de Pedro de Valdivia y sus hombres a Santiago, que se inicia de forma documentada la historia del Cerro Santa Lucía. Según lo relatado por el cronista español Góngora Marmolejo, el primero en llegar “junto al Huelén” fue el adelantado Diego de Almagro, cuatro años antes que Valdivia en lo que fuera la primera expedición española a tierras chilenas, pero las dificultades del viaje y la escasez de oro lo hicieron volver pronto al Perú.
En 1540 fue el conquistador Pedro de Valdivia quien puso rumbo al sur, llegando a las márgenes del río Mapocho a finales de ese año e instalando su primer campamento en la zona que hoy conocemos como el Cerro San Cristóbal. Valdivia hizo saber a los caciques de la zona que tenía la intensión de fundar una ciudad en nombre del Rey Carlos I de España y al parecer los convenció pacíficamente para que aceptaran y juraran fidelidad al rey. Según parece, uno de esos caciques llamado Millacura estableció “bunas relaciones” con Valdivia al punto de aconsejarle que cambiara la ubicación de su campamento al otro lado del río, en las proximidades del cerró Huelén.
Pedro de Valdivia consideró el cambio una buena idea y se estableció con sus hombres en el cerro al que bautizó como Cerro Santa Lucía en honor a Santa Lucía de Siracusa, patrona de la vista, quizá para que los ayudara en sus labores de vigilancia desde la cima del cerro. Algunos historiadores sostienen que el nombre se debe a que el campamento español en el cerro, se instaló justo el 13 de diciembre de 1540, día de la festividad de esta santa, pero eso parece poco probable debido a que para esas fechas Valdivia debía estar llegando a tierras chilenas y si acaso, estaría instalando en su primer campamento junto al Cerro San Cristóbal.
Una vez en el cerro Santa Lucía, los conquistadores levantaron chozas, corrales de ganadería, una capilla e incluso un rústico fortín y fue precisamente la cima de este cerro, el lugar elegido por Pedro de Valdivia para la ceremonia oficial de fundación de la nueva ciudad de Santiago del Nuevo Extremo, el 12 de febrero de 1541.
Durante la colonia, la ciudad inició su crecimiento siempre en los alrededores del cerro Santa Lucía, en cuyas laderas casi desde los primeros años se empezó a cultivar la vid y hasta se instaló un molino de trigo, aunque en esencia el cerro seguía siendo un lugar pedregoso y sin vegetación.
Fue precisamente cuando el poder español se desmoronaba, que se levantaron las primeras edificaciones importantes en el Cerro Santa Lucía. Fueron ordenadas en 1816 por Casimiro Marcó del Ponto, último gobernante colonial, y se trató de dos emplazamientos militares de defensa destinados a combatir a los independentistas que se alzaban en armas en la ciudad. A pesar de su ubicación estratégica en lo alto y con una vista casi completa de Santiago, las armas colocadas en el Cerro Santa Lucía no pudieron frenar la independencia de Chile.
Casi no han quedado restos de las construcciones originales, pero se sabe que los emplazamientos militares estuvieron en lo que hoy son el Castillo Hidalgo y el Castillo González.
El Cerro Santa Lucía después de la Independencia
Con la independencia de Chile, el cerro Santa Lucía perdió su carácter defensivo, aunque en él se consolidaron tradiciones como las de disparar una salva de cañón a diario para señalar el medio día.
A parte de eso y de que en él se instaló en 1849 el primer observatorio astronómico del país que años después fue trasladado a la Quinta Normal, el cerro siguió siendo un lugar sin atractivo que pocos visitaban, hasta que en 1872 el intendente Benjamín Vicuña Mackenna dio inicio al más ambicioso plan urbanístico de Santiago y en él se incluyó al cerro Santa Lucía que fue embellecido, se plantaron árboles, se crearon jardines, se instalaron fuentes y se habilitaron caminos para coches, convirtiéndolo en uno de los mejores lugares para el disfrute público de la ciudad.
Declarado Monumento Histórico Nacional en 1983, en la actualidad el Cerro Santa Lucía es uno de los mayores atractivos de Santiago, en especial gracias a su torre-mirador desde la que se tienen preciosas vistas de la ciudad. La historia del Cerro Santa Lucía está ligada desde siempre a la historia de Santiago y con seguridad seguirá estándolo en el futuro.
Debe estar conectado para enviar un comentario.